El oro retoma la barrera clave de los 4.000 dólares
El oro superó este jueves la barrera psicológica de los 4.000 dólares por onza, impulsado por un retroceso del dólar y la creciente preocupación sobre el panorama económico estadounidense ante el prolongado cierre del Gobierno. El metal precioso al contado (spot) avanzaba un 0,7% hasta los 4.011,79 dólares a las 09:14 GMT. Asimismo, los futuros del oro en Estados Unidos para entrega en diciembre también registraban una suba del 0,7%, situándose en 4.021,20 dólares por onza.
Contexto reciente: un respiro tras el récord histórico
Esta recuperación se produce después de que el metal precioso cerrara la jornada del miércoles en 3.978,63 dólares. Dicho repliegue siguió a un máximo histórico alcanzado el 20 de octubre, cuando el oro tocó los 4.381,21 dólares la onza. Este reciente retroceso desde el récord ha generado dudas en el mercado sobre si el metal precioso ha perdido impulso y se dirige a un período extendido de cotización lateral, un patrón que ya se ha observado en el pasado.
La perspectiva histórica del rally actual
En los últimos 50 años, cada vez que el oro ha disfrutado de un fuerte aumento de precios, luego ha sufrido largos períodos de tendencia generalmente más débil. El rally actual comenzó en octubre de 2022, cuando el precio al contado rondaba los 1.617 dólares. Tuvo un inicio moderado, pero se aceleró drásticamente a partir de noviembre de 2024, tras la elección de Donald Trump para un segundo mandato presidencial en EE.UU.
Aunque la ganancia del 170% desde octubre de 2022 parece impresionante, es solo la tercera más fuerte en términos porcentuales de los últimos 50 años. De hecho, queda muy por detrás del salto del 518% registrado entre julio de 1976 y febrero de 1980, y del espectacular aumento del 643% entre febrero de 2001 y septiembre de 2011.
Factores contrapuestos en el mercado diario
La cotización de este jueves estuvo influenciada por varios factores. El dólar cayó un 0,2% tras haber alcanzado un máximo de cuatro meses en la sesión anterior, abaratando el oro para los tenedores de otras divisas. Según Giovanni Staunovo, analista de UBS, “el escepticismo de la Corte Suprema sobre los aranceles y un dólar ligeramente más débil probablemente están apoyando al oro”.
En sentido contrario, un informe de ADP mostró el miércoles que los empleadores privados de EE.UU. añadieron 42.000 puestos de trabajo en octubre, superando la previsión de 28.000. Un mercado laboral más fuerte podría moderar las esperanzas de nuevos recortes de tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed).
El dilema de la Reserva Federal y las tasas
La Fed recortó las tasas de interés la semana pasada, pero su presidente, Jerome Powell, sugirió que podría ser la última reducción de 2025. El impasse en el Congreso ha resultado en el cierre de gobierno más largo de la historia de EE.UU., obligando a los inversores y a la Fed a depender de indicadores del sector privado. Actualmente, los participantes del mercado ven solo un 63% de probabilidad de un recorte de tasas de la Fed en diciembre, una baja significativa desde el más del 90% estimado la semana pasada. El oro, que no rinde intereses, tiende a beneficiarse en entornos de tasas de interés bajas.
¿Es estructural la demanda de oro?
La clave para el futuro del precio es determinar si los impulsores alcistas actuales son estructurales o de naturaleza temporal. El argumento más sólido a favor de un rally estructural es la creencia de que los inversores y, fundamentalmente, los bancos centrales están buscando alternativas a los activos estadounidenses, como los bonos del Tesoro y las acciones de Wall Street.
El informe del tercer trimestre del Consejo Mundial del Oro (WGC) ofreció datos que respaldan esta visión. Los bancos centrales compraron 220 toneladas métricas netas en el tercer trimestre, un 28% más que el trimestre anterior. Las compras de los bancos centrales comenzaron a aumentar rápidamente en 2022 y 2025 va camino de ser el cuarto año consecutivo con adquisiciones superiores a las 1.000 toneladas. Además, la demanda de inversión en lingotes, monedas y fondos cotizados (ETFs) alcanzó las 220 toneladas, un 47% más que en el mismo período de 2024.
Pronósticos divididos y riesgos a la baja
La nota bajista del informe del WGC fue la demanda de joyería, que se contrajo un 19% en el tercer trimestre debido a los precios elevados. Existen otros riesgos para el panorama alcista, como una posible corrección en las acciones globales, lo que podría obligar a los inversores a vender oro para cubrir pérdidas en otras áreas.
Los analistas suelen tener dificultades para predecir los puntos de inflexión. Actualmente, existe una amplia gama de pronósticos: algunos analistas prevén una caída hacia niveles cercanos a los 3.000 dólares, mientras que otros ven ganancias adicionales por encima de los 5.000 dólares en un horizonte de uno a dos años. Desde UBS, Staunovo espera que nuevos recortes de la Fed eleven el oro a 4.200 dólares para fin de año.
